Gn 40.1-23 - "Glorificando a Dios en la angustia, sufrimiento e injusticia" - Serie Génesis No. 87
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
El creyente o auténtico creyente busca y vive para la gloria de Dios. Una pregunta muy común en teología es: ¿Por qué Dios creó al hombre? Y la respuesta y buena respuesta es: Para la gloria de Dios.
Pero por lo general el hombre inconverso que está en el mundo no vive para la gloria de Dios, la ignora. Y muchas veces el creyente, el hombre que ha reconocido al Señor lamentablemente también la ignora. Aunque nada de esto podría afectar la gloria de Dios, porque Dios se ha glorificado en Cristo y Cristo llama a seguirlo a Él en fe y arrepentimiento, parece que de pronto el hombre se ha hecho ajeno (el creyente) a la gloria de Dios.
La gloria de Dios habla de la grandeza de Dios. La Biblia dice que toda la tierra está llena de Su Gloria. Y aunque todo esto podemos verlo en la creación, salvación, y planes de eternidad, también podemos ser partícipes de ello acá mismo y ahora mismo. Esto quiere decir que realmente podemos vivir dando la Gloria a DIos. Pero ¿cómo dar la gloria a Dios en tiempos difíciles como el que estamos viviendo? ¿Acaso podemos dar la gloria a Dios en las tribulaciones, aflicciones y tristezas? ¿Te has dado cuenta que nos es más fácil dar la gloria a Dios cuando nos va bien y entonces decimos “gracias a Dios me fue bien”? Pero ¿cuándo escuchaste decir “gloria a Dios porque me fue mal”? Esto no es tan usual. Hemos asociado en nuestra mente que Dios es digno de gloria cuando las cosas salen bien, pero cuando salen mal para nosotros o cuando pasamos por aflicción, injusticia y angustia, generalmente no elevamos la gloria a DIos.
¿Te has alejado del Señor porque las cosas no salen como quisieras?
A nadie le gusta sufrir claro, pero olvidamos la PROVIDENCIA de Dios. Que él puede obrar aún en las situciones más difíciles para llevarnos a sus propósitos aún no podamos ver cuáles o cómo se cumplirían estos.
En la porción de hoy un hombre llamado José va a mostrarnos cómo se eleva la Gloria a Dios aún en las situaciones más difíciles de la vida. Y las situaciones que José pasó probablemente son más difíciles de las que podemos pasar nosotros. En todo caso, vamos a aprender cómo es que se glorifica a Dios, esperando en Él en situaciones de angustia, sufrimiento e injusticia.
Vamos a estudiar hoy Génesis 40.1-23. Y si abrimos nuestro corazón a la Palabra de Dios, entonces el Espíritu Santo de Dios obrará para la Gloria de Su NOMBRE.
EXÉGESIS Gn 40.1-23
EXÉGESIS Gn 40.1-23
Resumen:
José hijo de Jacob, fue vendido por sus hermanos a los mercaderes por envidia. José terminó en casa de Potifar, sirviendo por 11 años como esclavo, pero Dios estaba con José y halló gracia delante de sus ojos y todo lo que hacía José Dios lo prosperaba.
Pero alguien más puso sus ojos en José y la esposa de Potifar quiso “acostarse” con José. José hombre íntegro dijo que no podría faltar a la confianza de Potifar y tampoco pecar contra Dios. Entonces la mujer lo acusó de intento de violación y Potifar puso en la carcel a José. José está injustamente en la cárcel y todo parece que sale mal a este hombre que intenta vivir con integridad delante de Dios.
1 Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto.
“..después de estas cosas..” - ¿Cuáles cosas? La injusticia que José estaba padeciendo por causa de su “santidad” e “integridad” y porque no cayó en una situación de fornicación y pecado a Dios. Pero José está en la cárcel y esta es una situación terrible. Había sido vendido como esclavo pero por 11 años pudo servir y moverse en el desarrollo de sus actividades. Ahora está restringido a la casa de la cárcel y mucho más privado de su libertad.
“..que el copero del rey de Egipto y el panadero..” - Aparecen dos actividades importantes en esta porción de la Escritura. Ambos lo ocupan personas de elevada posición. Si bien son sirvientes, tenían cargos de altísima responsabilidad. En muchas ocasiones el copero del rey era hasta miembro del consejo del rey. Estos hombres tenían la responsabilidad de velar por la seguridad del Faraón.
El copero era el que preparaba el vino. En ese tiempo una forma de atentar contra el Rey era envenenarlo y entonces la responsabilidad de los coperos iba en cuidar que no suceda nada de esto y ellos eran los primeros en probar el vino preparado.
El panadero también estaba a cargo de su seguridad. El envenenamiento también podría venir por la comida y era su labor cuidar que la comida del Rey sea segura.
“..delinquieron contra su señor el rey de Egipto..” - No se nos dice de qué forma pero había un claro atentado contra el rey de Egipto que tendría que venir de alguna de estas dos posibilidades: el vino o la comida.
2 Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos,
Todo lo acontencido causa que Faraón se enoje contra el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos. El sistema de seguridad había fallado, probablemente la vida del Faraón había estado en riesgo y entonces la ira de Faraón cae sobre estos dos oficiales.
Se ha dicho de todo al tratar de entender esto. Algunos rabinos judíos pensaban que “una mosca había caído en la copa del rey” y que “un grano de arena había sido encontrado en su pan”. Realmente nada de esto dice la Escritura y no es posible precisarlo. Parece que la palabra “delinquir” va mucho más allá de esto. Lo que sí nos muestra la Escritura es que Faraón había tomado muy en serio la falta cometida por los oficiales.
3 y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.
El capitán de la guardia tendría que haber sido Potifar. Él había llevado a José a la cárcel y ahora tiene José dos compañeros de prisión. Tal vez en este versículo solo se describen actos humanos, pero Dios y Su Providencia están en el control de esta historia.
4 Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión.
Nuevamente Potifar encarga tareas a José. José el hebreo era un joven realmente de confianza y era prosperado por el Señor en todo lo que hacía. Como hemos visto el anterior estudio, parece que Potifar confía más en José que en su misma esposa, pero Potifar es un hombre que carece de valor para afrontar las situaciones tal vez cuidando su orgullo ante los demás en vez de las cosas correctas.
“..y él les servía; y estuvieron días en la prisión..” - José, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos estaban en la cárcel sin haberse realizado juicio y podían pasar muchos días y hasta años si Faraón no se acordaba de ellos y hacía juicio, ya sea para liberarlos o para condenarlos. La Escritura dice que estuvieron “días”, no fue un periodo muy largo para los oficiales, aunque sí para José, pero José era responsable de la cárcel y estuvo sirviéndoles.
5 Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio significado.
En Egipto, tierra de la superstición, había hasta literatura de cómo intepretar los sueños. En el Oriente Antiguo y sobre todo en Egipto se consideraba a los sueños como revelaciones de los dioses cuyo significado no se les había transmitido y que era necesario buscarlo. Habia gente muy preparada en los significados, estos eran llamados “sabios” quienes estudiaban bastante para poder descifrar los sueños. Se dice que era un “arte” interpretar los sueños en esta reino.
En esta porción de la Escritura cada personaje tiene un sueño distinto con un significado particular. Era normal que ambos estén preocupados por el sueño que había tenido ya que para los egipcios esto tendría que ser alguna guía de lo venidero. En su situación de presos estos sueños les hubiese dejado bastante intranquilos.
6 Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes.7 Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?
“..y he aquí que estaban tristes.” - José está en similar condición de cárcel y de forma indefinida pero tenía un semblante distinto a los siervos de Faraón. Ellos estaban tristes y atemorizados por el sueño que habían tenido.
Era normal la preocupación de los oficiales porque en tan solo unos días era el cumpleaños del Faraón y entonces como era usual, habría un gran banquete y Faraón tendría que acordarse de ellos para preparar esta fiesta para sus invitados. ¿Pero será que Faraón iba a liberarlos o a colgarlos? Hay mucha ansiedad en los oficiales.
“..¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?..” - Podría ser una pregunta muy extraña de José para gente que está en la cárcel. Empiezan a aparecer las diferencias entre José y estos hombres. Pero José es bastante diligente con lo que se le ha encargado y se preocupa por aquellas personas y muestra su misericordia al indagar por el motivo.
8 Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.
“..Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete.” - Estaban en la cárcel y como se dijo anteriormente, interpretar sueños era todo un “arte” en Egipto. Ninguno de los especialistas o sabios estaban presente ni podían servirles en su condición de presos. El pensamiento o deseo de estos hombres era encontrar socorro en estos sabios pero no pueden acceder a uno de ellos. No hay quien interprete los sueños que los atemorizan.
“Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones?” - Este podría ser el versículo clave de esta porción. Es incomprensible lo que dice José. ¡Este hombre fue vendido por sus hermanos hace 11 años atrás. Su etapa de juventud la había pasado como esclavo. Siendo alejado de lo que más amaba “su padre”, y habiéndo sido víctima de una injusticia por haber sido un hombre recto e íntegro termina en la cárcel, pero ni aún así, no tiene el mínimo deseo o pensamiento de culpar a Dios por todo lo que le ha pasado!
“..¿No son de Dios las interpretaciones?..” - José está dando la Gloria y Honra a Dios y está dando testimonio de su fe a estos hombres en la cárcel. José está diciendo que su Dios (porque los egipcios tienen muchos dioses) está por encima de todas las cosas que existen, aún por encima de los sueños. ¿Cómo este hombre José, puede dar la gloria a Dios en su condición tan mala y de gran angustia y hasta injusta?
¿Cuántos personas en el mundo a diario y aún creyentes levantan la mano al cielo diciendo que Dios es el culpable de las acontecimientos malos que sufren? Y hay situaciones realmente dolorosas y difíciles que a veces suceden. ¿Cuántos padres y madres han dejado de servir a Cristo por un hijo perdido? ¿Cuántos esposos o esposas han dejado de seguir a Cristo por un matrimonio finalizado o un esposo o esposa que se ha ido? ¿Cuántos personas, jóvenes y adultos han abandonado la fe por causa de una salud deteriorada? ¿Cuántos adolescentes no han hecho la culpa a Dios porque sus padres los abandonaron de niños? Realmente hay cosas fuertes que pueden suceder, pero José que había pasado por situaciones fuertes no echa la culpa a Dios. El mundo lo hace, los creyentes a veces lo hacemos pero José NO. Él estaba padeciendo injustamente por mucho tiempo y aún a causa de “integridad” pero seguía honrando el Nombre de Su Dios.
¡Qué lejos estamos de la fe preciosa que tenía José! y por ello, que lejos estamos del Dios de aquella fe preciosa.
“..¿No son de Dios las interpretaciones?..” - José no estaba diciéndoles solamente que de Dios son las interpretaciones, sino que todo el sistema egipcio y estructura pagana, que incluía a sabios que estudiaban los sueños era totalmente inútil y falso.
“Contádmelo ahora.” - José está dispuesto a servir a estos hombres, pero está más dispuesto a dar la Gloria a Dios y está totalmente confiado en que Dios, el Supremo del Universo, va a revelarle el significado de los sueños.
9 Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, 10 y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. 11 Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
El sueño del copero es una vid con tres sarmientos que son tres ramas y que brotaban, maduraban rápidamente y entonces se generaban los racimos de uvas. El sueño mostraba la copa de Faraón nuevamente en su mano, sirviendo a Faraón.
12 Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13 Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero.
La interpretación real solo podría venir de Dios por medio de José. Los tres sarmientos o ramas representaban 3 días y en ese tiempo Faraón iba a levantar su cabeza.
“Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza..” - Cuando una persona era traída a juicio, generalmente se postraba delante de Faraón, y entonces, él podía levantar su cabeza como señal de liberación o para la horca. En el caso del copero iba a ser para liberación.
La interpretación del sueño era la restitución del copero a su puesto para servir nuevamente a Faraón. En otras palabras, era el perdón y misericordia de Faraón sobre la vida del copero.
José entonces hace una petición clamorosa al copero:
14 Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. 15 Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
“Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien..” - José está pidiendo misericordia al copero. José tuvo misericordia de él al revelarle ese sueño y aunque eso nunca fue condicional, José está pidiendo misericordia de este hombre que estará pronto con el Faraón. Tal vez José está esperando que Dios mueva a misericordia al copero y a Faraón, y entonces Faraón escuche su caso y pueda soltarlo para que José regrese a casa a ver a su padre.
“..y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.” - José tiene el deseo natural de anhelar la libertad. Esperar que el copero hable con el Faraón no era desconfiar de Jehová. De hecho, el Faraón es parte del plan de Dios para José y para el pueblo de Jacob. Pero el buen deseo de José, no es más grande que los planes del Señor. Jehová no va a proceder con la petición de José al copero. Dios tiene planes mejores que ese para José.
“Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos, y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.” - Hubiese sido fácil para José acusar a sus hermanos y a Potifar o aún a la misma mujer de Potifar, pero José no tiene palabras de amargura, sino que él destaca su inocencia. José no había cometido ningún mal para estar en la cárcel. José fue injustamente puesto en la cárcel y pedía misericordia al copero.
16 Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. 17 En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.
“Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien..” - Es difícil este versículo. Parece que la conciencia del panadero sí sabe que ha hecho mal y que ahora por la interpretación de José se anima a contar su sueño. Tal vez espera que él también sea incorporado a su servicio al faraón.
En el sueño del panadero había tres canastillos blancos sobre su cabeza con manjares para Faraón pero las aves terminaron comiendo del canastillo.
18 Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. 19 Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.
La interpretación es bastante fuerte, pero venía de Dios y por tanto no había discusión sobre si iba a suceder o no. Tres días iban a pasar y entonces Faraón iba a colgar en la horca al panadero. Este iba a ser hallado culpable por Faraón y él iba a ejecutar su juicio.
El copero después de escuchar esto podría sentirse más seguro, agradecido y estimulado por la misericordia que aparecía por su vida.
20 Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores.
El cumpleaños del Faraón usualmente sería celebrado grandemente y era requerido que el Faraón pueda disponer de todos sus sirvientes. Al mismo tiempo parece que Faraón quiere demostrar su poder y su misericordia a todos los invitados.
Pero sucede que se cumple lo que José había interpretado. Dios sí estaba por encima de los sueños, aún de los egipcios. Y el copero tendría que estar atento a todo lo que estaba sucediendo. Las palabras de José eran ciertas.
21 E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón.
La interpretación de José se cumplía y entonces el copero tenía el testimonio de que Dios había hablado por medio de José. Es sorprendente cómo aún esto no mueve al copero a acciones solidarias con José. Faraón fue benevolente y misericordioso para con el copero. Faraón restituye a su hombre de confianza plenamente. En temas de seguridad o envenenamiento Faraón no iba a tomar riesgos y vuelve a poner su absoluta confianza en el copero.
22 Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José.
El faraón ejecuta juicio y muestra su poder sobre el panadero quien probablemente fue hallado culpable de delinquir contra el rey de Egipto. Nuevamente José había dicho con toda exactitud lo que iba a pasar con este hombre porque era Dios quien había revelado lo que iba a acontecer.
Pero el versículo final de esta porción nos deja atónitos:
23 Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
Lo que es natural en el ser humano, pasó. Es fácil olvidar a quien nos hizo bien o tuvo misericordia de nosotros. José había pedido a este hombre que haga misericordia con él pero el copero al final se olvida de José.
No solamente se había olvidado que José le había ayudado en la cárcel, sino se había olvidado que era inocente. Pero también al recibir misericordia de Faraón podría haber recordado la misericordia de José y se olvidó.
El íntegro José que aguardaba que el copero pueda argumentar por él con Faraón volvía nuevamente a recibir de las manos humanas, injusticia y olvido.
José sigue en la cárcel pero los ojos de Dios están sobre José y de esto vamos a hablar ya muy pronto.
MEDITEMOS EN LA PALABRA
MEDITEMOS EN LA PALABRA
Y ahora cambiemos de protagonistas. Ya no son los protagonistas José y los oficiales del rey, tampoco Potifar ni Faraón. Ahora nosotros somos los protagonistas de este tipo de situaciones. Ahora y después de la Palabra del Señor los ojos del Juez Soberano de la Tierra se vuelcan de José y los oficiales hacia nosotros. ¿Cómo reaccionaremos después de conocer la Palabra del Señor? ¿Cómo responderemos al mensaje de la Palabra de Dios? ¿Cómo nuestra fe y obras responderán a Dios revelado en esta porción?
Hay algunas cosas en las que podemos pensar, meditar, y sin duda alguna contrastar nuestra vida con la Palabra de Dios, rogando al Señor que Él haga cambios en nosotros.
Algunas verdades bíblicas que podemos aprender y que se nos va a demandar de esta porción:
El creyente debe anhelar glorificar a Dios y esperar en Él aún en las situaciones más tristes, difíciles y hasta injustas.
El creyente debe anhelar glorificar a Dios y esperar en Él aún en las situaciones más tristes, difíciles y hasta injustas.
La cárcel era el lugar de tormento que esperaba a José pero no fue más que el instrumento y el medio de Dios para que José surja de manera definitiva. José nunca quitó su confianza de Dios aún en lo terrible que era este lugar.
Los creyentes muchas veces se van a encontrar en circunstancias difíciles y adversas, pero será una nueva oportunidad para confiar en el Señor y esperar en Él.
José glorifica al Señor de forma directa al dar testimonio de Él frente a personas que sufrían el mismo castigo en la cárcel y al mostrar que su FE estaba en el Señor a pesar de las situaciones.
Pero en dificultades ¿cuántos de nosotros esperamos más en los medios humanos que en el Señor? ¡Van a venir situaciones difíciles! ¿Cuál será nuestra respuesta al Creador? Las cárceles no siempre han encerrado a los culpables, muchas veces lo han hecho a inocentes. José era un ejemplo de ello, y aunque fue olvidado por el copero de Faraón, Dios nunca había olvidado a José. A veces las más duras situaciones que enfrentamos pueden ser las más preciosas oportunidades para tener comunión con el Señor, para desarrollar la dependencia de Él y para que crezca nuestra fe.
¿Cuánto dependes del Señor? ¿Tienes comunión con él? ¿Necesitas también situaciones difíciles en tu vida para acordarte del Señor? Los tiempos felices son hermosos pero los tiempos difíciles que no nos gustan a veces generan frutos en nosotros.
2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Las pruebas son una preciosa oportunidad para crecer en la fe, pero ¿por qué nuestros corazones están tan duros que ya no crecemos sin pruebas?
Esta porción de la Escritura me hizo recordar una escena que viví hace no muchos años y que quisiera compartirlo con ustedes.
Con algunas personas del seminario fuimos a visitar una cárcel. Yo tan solo acompañaba y fui invitado a conocer el ministerio que hacían algunos hermanos en la cárcel del Abra en Cochabamba. Pero de pronto, estando ya en el gimnasio de la cárcel, lugar donde se reunían unas 30 a 40 reclusos, se acomodaron sillas y empezó el tiempo de la Palabra. Después de las palabras del pastor que había conocido recién ese día, él me dijo que me tocaba predicar. Yo no estaba para nada preparado, me tomó por sorpresa. Tan solo tenía mi Biblia en las manos pero al ver la necesidad no pude decir que no. Inmediatamente al levantarme y pensar qué diré, recordé que esa misma semana, el domingo anterior, había predicado por primera vez en una iglesia por invitación y lo único que vino a mi mente fue repetir el mensaje del domingo. Era MATEO 14 cuando Cristo camina sobre las aguas en rescate de Pedro.
Me quedé totalmente sorprendido. En la iglesia del domingo anterior había poca gente atenta pero mayormente los continuos bostezos y realmente personas que miraban el reloj. Desde el púlpito se puede ver todo eso. Pero en la cárcel, exactamente la misma porción de la Escritura me llevaba a ver hombres llorando, hombres grandes de gimnasio que derramaban lágrimas al saber que Cristo podía rescatarlos.
¿Qué está pasando que ya no nos conmovemos con la predicación del evangelio? ¿Hace cuánto que la iglesia de Cristo no llora cuando la Biblia dice que Él también puede tomarnos y levantarnos? Nuestros corazones se han endurecido tanto que la gracia de Cristo tal vez ya nos nos impacta tanto. Pero las situaciones difíciles, a veces devuelven nuestros pies a la tierra para darnos cuenta que seguimos necesitando tanto de Cristo en todo momento. Esa es la DEPENDENCIA en el Señor que causan las situaciones difíciles que a veces la libertad nos priva de experimentarlas. José estaba en la cárcel, en una situación de angustia y eleva la Gloria a Dios. ¡Y nosotros los que estamos en situación de libertad, en nuestra libertad nos alejamos del Señor cuando viene la dificultad!
Necesitamos rendirnos y dar la Gloria al Señor en tiempos de dificultad. Los libres a veces tenemos corazón más duro que los presos. O los libres a veces tenemos el corazón preso por el pecado y entonces vivimos sin dar la Gloria a Dios.
Una situación difícil de cárcel está relatada también en el libro de Hechos:
23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
En el mensaje de ayer a la carta a los Efesios nuestro hermano predicador dijo: “Lo que sale de tu boca tiene que reflejar de lo que está lleno tu corazón”. Y este versículo está diciendo que ni la cárcel injusta era para Pablo y Silas motivo para no adorar al Señor. José tenía en la cárcel el mismo deseo de glorificar al Señor. José, Pablo y Silas, están esperando en el Señor aún en situaciones injustas. En un mundo egipcio donde no se honra a Jehová, José tiene la fuerza de decirles que aún su cultura y costumbres de “sabios entendidos” que adivinan sueños estaba lejos de ser cierta, y que solo Jehová podía hacerlo, el Dios en Quien José esperaba. ¿Esperas así en Dios en tiempos difíciles? o ¿son los tiempos difíciles los ideales para alejarte de Dios y seguir los deseos de tu corazón?
El creyente que anhela glorificar a Dios, espera en el Señor aún en las situaciones más tristes, difíciles y hasta injustas.
Esto nos lleva a una segunda verdad de las Escrituras.
El creyente que espera en el Señor es movido a misericordia para con otros necesitados porque honra la misericordia que recibe de Dios.
El creyente que espera en el Señor es movido a misericordia para con otros necesitados porque honra la misericordia que recibe de Dios.
José es movido a misericordia con los oficiales del Faraón. Observa sus semblantes, la preocupación y tristeza expresada en ellos y está listo para atenderlos.
A veces en el mundo nadie escucha la voz del marginado o de los que sufren opresión, pero tampoco muchas veces los creyentes lo hacemos. Nosotros hemos recibido la misericordia de Dios, hemos pasado de estar perdidos en pecados a ser salvados por el Señor con Su propia vida. Esa misma misericordia podríamos expresar de maneras muy distintas. Los creyentes debemos ejercitar la misericordia que recibimos del Señor. Incluyendo el preocuparnos por las necesidades ajenas y también compartirles lo más valioso que es el evangelio de salvación.
En el caso de José, el copero, un hombre en prosperidad olvidó a su compañero, y auque sabía que fue detenido injustamente, no hizo nada sino disfrutar de su libertad y su servicio a Faraón. Si va a recordarlo, pero después de dos largos años.
¿Será que nosotros a veces actuamos como el copero? ¿Cuando estamos en situación de angustia y sin saber qué hacer, hacemos promesas a la gente, aún hasta a Dios y luego cuando salimos bien, simplemente lo olvidamos?
Los creyentes no debemos ser movidos a la misericordia a los demás por nuestra tristeza o nuestra alegría, sino que debemos estar comprometidos con ayudar a los demás porque nuestro Padre es un Señor de misericordia.
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Este es el motivo principal por el cuál podemos y debemos ser misericordiosos. Disfrutamos la misericordia de nuestro Señor.
Pero no podríamos quedarnos tan solo con esta historia por más maravillosa que sea. Porque el sufrimiento de José está dando luz a un sufrimiento mayor que iba a venir.
Cristo, el siervo sufriente, glorifió al Padre a través de la angustia y sufrimiento por otorgarnos la salvación y el perdón de pecados.
Cristo, el siervo sufriente, glorifió al Padre a través de la angustia y sufrimiento por otorgarnos la salvación y el perdón de pecados.
José sufrió injustamente y dio Gloria a Dios. Pero hay uno superior, que bajó del cielo para igualmente sufrir, padecer, siendo más justo y santo que José para honrar los propósitos de Su Padre.
Él padeció en gran angustia por nuestros pecados. También fue tratado por los hombres de forma injusta siendo el único justo que había pisado el planeta. Pero Él padece para que nosotros podamos tener vida y vida en abundancia. Él sufre y entrega su vida para que injustos cómo tú y yo podamos ser llamados justos delante del Padre.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Cristo fue a la cruz como siervo sufriente, glorificó al Padre con Su obra de amor de redención. Y ahora está llamando a todos los que quieran poner la fe en Él y arrepentirse de sus pecados a ser parte de sus benediciones eternas. Su sufrimiento valió la pena, nos ha rescatado. Si quieres ser rescatado también, entonces busca a Jesucristo. A este maravilloso Señor vamos a entregarnos el día de hoy. Vamos a orar.